Apelación a la piedad:
Simplemente consiste en apelar a la piedad para lograr el
asentimiento cuando directamente se carece de argumentos para algo concreto. Es
decir, uno se pone como contrincante de uno o varios adversarios y trata de
forzarlos, interactuando con su compasión, no para complementar razones de una
opinión, sino objetivamente para sustituirlas. Se busca que las palabras muevan
a la piedad, las suplicas y los ruegos cuando se busca el veredicto de la, o
las otras partes. Busca el apoyo irracional del contrincante.
Unos ejemplos claros:
“hazlo por mi amor, si no lo haces me voy a sentir muy mal”
“Quiero una noviaaaaaaaa no hay ninguna mujer q encare en
este grupo q mal está demenos sentirse tan sólo con mis 33 años y no hay nadie
a quien querer y q me quiera…”
Las personas apelan a las emociones cuando piensan que serán
favorables a su causa, lo cual es legitimo pero directamente comete una falacia
cuando lo hace por carecer de argumentos (yo diría que hasta venden el alma por
un si falso). También conocemos estas situaciones identificándolas claramente
cuando usamos la frase armada: “está dando lastima”.
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